¡Hola!
Me llamo Andrea y os voy a contar como nos fue a mí y a mis amigos, en la
excursión del día 26 de abril, en el teatro de Manuel de Falla.
Entramos al autobús y empezamos a cantar.
Al llegar al teatro había un montón de
¡jaleo! De repente vino un hombre ¡era el presentador! Y él nos presentó a los
músicos, ¡y como no, a la directora!
A continuación empezó la función. Trataba de
una de una niña que tenía una maldición, un hechizo, que le había echado una bruja.
Luego vino el rey de las Pagodas, la
chica se enamoró de él. ¡Aquel rey también tenía un hechizo! La música ayudó a que
esta historia tuviera un final feliz.
Cuando salimos del teatro fuimos a un parque
muy grande y una vez allí merendamos y nos comimos las chuches y jugamos al pilla-pilla,
¡Nos recorrimos casi todo el parque!
Después de
recorrer todo el parque fuimos donde nos esperaba los autobuses,
mientras venían jugábamos y cantábamos. Por último llegaron los transportes nos
subimos y, ya cansados fuimos al cole y del cole a casa.
ANDREA MOYA MARFIL 4ºB
EXCURSION AL AUDITORIO MANUEL DE FALLA
Os voy a explicar lo que hicimos el día 26.
Os voy a nombrar casi
todos los instrumentos que vimos. Había violines, violas, violonchelos,
clarinetes, flautas, flautas traveseras, flautas de pan, xilófonos y un piano.
Todo esto, junto con un teatro formó
parte de la obra que se representó.
Salió
una niña que se llamaba Feuchina, tenía
un largo sueño y no se podía despertar.
Luego salieron dos chicas,
una era el hada y la otra, la amiga de Feuchina.
La amiga de Feuchina le dijo al hada que tenía un largo sueño y que sin música,
no se podía despertar. El hada le propuso a la amiga que le cantara una canción
de cuna; pero para eso necesitarían una
directora.
Cuando salió la directora
dijo que para cantar la canción de cuna necesitarían a una pianista.
Primero tocaron la canción con el piano, luego con la
flauta, y por último con la flauta travesera.
Feuchina es condenada por
la bruja malvada, que tras realizar un conjuro, convierte su precioso rostro en
horrible.
Entró en escena un príncipe que también estaba conjurado. Los dos, Feuchina y el príncipe, consiguen salvarse de los hechizos. El hada malvada dijo que iba a ser buena y lo
cumplió.
ANDREA GARCÍA CANTERO
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